El Dr. Gustavo Frattini, Especialista en Urología, Andrología y Fertilidad, explica que todos los cánceres derivan de células de un tejido normal que en un momento dado, debido a alteraciones en su genoma, cambian y dan origen a una población celular que tiende a crecer, inmortalizarse y dar metástasis. Estos cambios genéticos son siempre necesarios para que un tumor se desarrolle.
Es sabido que cuanto más edad tiene el hombre, más probabilidad tiene de desarrollar un cáncer de próstata. Esto nos habla de la frecuencia con la que se producen estas mutaciones genéticas con el correr de los años.
Los cambios genéticos que llevan a la aparición del cáncer de próstata muchas veces son esporádicos y no son transmisibles a la descendencia. Sin embargo, en un poco más de la mitad de los casos podemos hallar factores hereditarios en el desarrollo de estos cánceres.
Es por ello que es tan importante la historia clínica familiar del hombre.
Se sabe que los pacientes de raza negra con ancestros africanos tienen casi el doble de probabilidad de desarrollar un cáncer de próstata que los latinos/hispanos. Tener un padre o hermano con cáncer de próstata aumenta el riesgo de tenerlo en 2 a 3 veces, y llega casi a 5 veces si son dos o más los familiares afectados. Lo mismo ocurre si hay historia familiar de múltiples cánceres.
Lo mismo ocurre con los antecedentes familiares de cáncer de mama ya que hay un gen denominado BRCA2 que suele mutar y favorecer el desarrollo tanto de cáncer de mama como de próstata.
En pacientes con antecedentes de riesgo los test genéticos nos ayudan mucho en dos etapas de esta enfermedad:
- Como auxiliares en el diagnóstico
- Como auxiliares en la decisión respecto al tratamiento
En la etapa diagnóstica, junto con el PSA hay una serie de estudios que se realizan para ayudarnos a saber a quien debemos buscarle con más detenimiento un cáncer de próstata. Ejemplo de estos test son el mencionado BRCA1 y 2 y los paneles de testeo genético como el Select MDX que se efectúa en orina.
En la etapa terapéutica, además del PSA, el estadio clínico y el informe de la biopsia, los test genéticos nos asisten para determinar agresividad del tumor dado que no todos los cánceres de próstata requieren un tratamiento activo. Para ayudarnos en la decisión terapéutica contamos con paneles de test genéticos que analizan mutaciones de varios genes como por ejemplo el Decipher (este estudio se realiza sobre el material de la biopsia).
Siendo el cáncer de próstata el segundo tumor maligno más frecuentemente diagnosticado en el hombre los urólogos aconsejamos comenzar a realizar su detección precoz con tacto y PSA a todos los varones a partir de los 50 años. Esta edad se corre a los 45 años si el paciente tiene factores de riesgo o antecedentes familiares de cáncer de próstata. Es en estos casos donde el urólogo decidirá el uso de test genéticos en la etapa diagnóstica si la situación lo justifica.